sábado, 8 de diciembre de 2007

Sacarte no puedo y de vagar desisto



Mil colores los reflejos de tus miradas,


mil sabores los de mi lengua por los recovecos de tu cintura,


mil una sensaciones las de tu piel buscando ansiosa la mía.


Busco una explicación a este sentimiento que no logro controlar y tu te vienes y me gritas sin piedad que te meza en mis brazos,


que no piense más,


que solo me deje llevar como el barco en el mar de tus entrañas.


¿Pero no ves, niña, que ya no hay mar,


que ya no hay estrellas,


que ya no hay sirenas?


Que ya solo hay en mi mente el recuerdo de tus uñas en mi espalda.



...Peregrina de las Estrellas...

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