jueves, 27 de diciembre de 2007

Incesante tiempo, mentiroso tiempo...puto tiempo!!

Que no me deja estar contigo, el maldito tiempo,
que no me deja saborear una vez más tu boca,
que no me deja arrasar tu cuerpo con el mio,
que no me deja, que no me deja, que no me deja.

Y lloro y porfío,
la desgracia de que el tiempo no me deje,
me pongo celosa de el,
pero vos, amore mio, no debes saber nada,
ni siquiera puedes intuir mi desden hacía él,
ni siquiera puedes imaginártelo,
no te lo permito,
tu felicidad depende de,
mi silencio,
mi aguante,
mi paciencia,
y sobretodo de mi cariño.

Incesante tiempo, mentiroso tiempo...puto tiempo.

...Peregrina de las Estrellas...

P.D: Para mi boba preferida.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Devenires


No sé que me pasa contigo que conmueves mi animo y lo arrastras todo a tu paso.

Estas en mi mente y no logro desterrare,

mas no porfío,

pues sé que te quiero,

pues sé que me quieres,

pues sé que no te fallaré.

Amore mío,

que te quiero sin querer,

que no te olvido aunque quiera,

que todo lo siento.

Mas me pierdo en la distancia,

y me desgarro el alma por poder abrazarte.

Y sigo por este camino,

lleno de penas,

lleno de ausencias,

lleno de soledad.

Pero solo tú,

solo con una llamada,

solo con una palabra,

logras bajarme de mi inopia,

logras centrarme en la idea fija de verte,

logras crecer mi esperanza,

esperanza truncada por los devenires del amor,

logras que mis ojos tan vacíos siempre se llenen de tu color,

de tu sabor…incluso en la distancia.

Por que la esperanza lo mueve todo y junto con mis ansias todo lo lograré,

pues sé que te quiero,

pues sé que me quieres.

Amore mío,

que te quiero sin querer,

que no te olvido aunque quiera,

que todo lo siento.

Mas me pierdo en la distancia,

y me desgarro el alma por abrazarte.

...Peregrina de las Estrellas...

Recuerdame

Recuérdame así,

con mis letras,

mis penas y mis alegrías.

Con mis pensamientos tristes y mis actos de amor.

Recuérdame así,

con temor a no ser suficiente para ti,

con esperanza de formar un futuro junto a ti,

con ganas de abrazarte,

con la fuerza que me das para seguir adelante.

Recuerda mis palabras de aliento,

las lagrimas de felicidad y pena.

Pero sobretodo recuerda mis “Te quiero”,

pues son sinceros y nunca fueron huecos.

...Peregrina de las Estrellas...

domingo, 16 de diciembre de 2007

Mi Amore


Querer soñar despierta y no poder hacer más que vagar por la ausencia de tu voz,

querer despertar y a cada segundo mirar tu cuerpo yaciendo entre las sabanas,

mecido por el suave candor del sueño,

querer besar esos labios hasta doler,

y que la suavidad de tus lagrimas de felicidad inunden cada poro de mi piel,

querer abrazarte sin prisa,

con calma,

mecerte así hasta ver que te duermes,

querer ser tu mano amiga,

tu hombro en el que reposes después de la batalla,

querer ser tu todo y tu nada,

tu lleno y tu vacío,

tu sol y tu luna,

tu hambre,

tu sed y al final de mis días pensar que nunca fui más feliz que contigo,

y pensar, como ahora, que nunca nadie habrá como tú,

que nunca nadie podrá destruir, como tú lo has hecho, mi muralla de barro,

que nunca nadie hizo resurgir, como has hecho tú,

mi amor,

un amor que creí perdido,

un corazón que te suplica lo cures,

unos ojos que te imploran le quites la tristeza.

Y con este pensamiento yacer junto a ti,

incluso en la distancia de nuestros cuerpos.

Y saber que serás mía cueste lo que me cueste,

dejarme la piel en cada acto,

cada palabra,

cada omisión,

cada latido…sólo si tu quisieras mi amore.

...Peregrina de las Estrellas...

sábado, 8 de diciembre de 2007

Sacarte no puedo y de vagar desisto



Mil colores los reflejos de tus miradas,


mil sabores los de mi lengua por los recovecos de tu cintura,


mil una sensaciones las de tu piel buscando ansiosa la mía.


Busco una explicación a este sentimiento que no logro controlar y tu te vienes y me gritas sin piedad que te meza en mis brazos,


que no piense más,


que solo me deje llevar como el barco en el mar de tus entrañas.


¿Pero no ves, niña, que ya no hay mar,


que ya no hay estrellas,


que ya no hay sirenas?


Que ya solo hay en mi mente el recuerdo de tus uñas en mi espalda.



...Peregrina de las Estrellas...

domingo, 2 de diciembre de 2007

Descarada






Tengo ganas de gritarte,



ganas de decirte,



ganas de estrellarte,



ganas de escupirte,



ganas de matarte,



por pensar que podías jugar conmigo,



por pensar que podías reírte de mi,



por pensar que yo era tan estúpida como tu.



Y ahora, cariño,



te mando a la mierda,



a la basura de mi memoria,



es tan olvidadiza mi memoria que no recuerdo ni la fecha del cumpleaños de mi propia madre.



Por lo que, cariño,



podrás deducir, si tu cerebro te lo permite, cosa que dudo,



que superé tan pronto lo nuestro que ni recuerdo ya lo que significabas para mi.



Puta.





...Peregrina de las Estrellas...



Rememorar



Tenía la mirada perdida y una sonrisa en las orejas.


Los labios rojos como la sangre,


que desparramada en mi copa de cristal bebí con sed insaciable.


Admiro la fuerza que transmites al caminar,


como la Pantera acechando a su presa.


Temo a tu lengua mordaz,


pues tu labia transformada en blasfemias sibilantes,


se me clavan en el alma.


La tez blanca como vampiresa,


la cual,


mediante sus mejores artes me embelesa,


me atrapa y nunca me deja descansar.



¡Y pensar que todo esto amé!


Y saber que lo sentí como si fuera real,


pero ahora distingo hacia donde va tu camino,


Pero ahora sé que nunca más tengo que fiarme,


de ti,


pero ahora,


al fin,


soy capaz de admitir que serás de las pocas que jamás olvidaré.



...Peregrina de las Estrellas...

martes, 20 de noviembre de 2007

Sábados magicos....jejeje



Bueno con retraso pero me da igual, el domingo tenia resaca. Jajajajaa sinceramente el sábado me lo pasé bien, no hicimos muchas locuras ni nada por el estilo pero conocí a un tío de putisima madre, muy salao y buena gente en general, aunque quisieran volverme hetero en casa del pajarito, jajajaja a veces la enajenación mental es disfrutable, aun así, tengo ganas de ir a Madrid, volver a recorrer la plazuela de chueca al lado de una mujer maravillosa, visitar los cafés por la tarde y comprarme un par de libros, tengo ganas de hacer el amor en Madrid, tengo ganas de salir de marcha, tengo ganas de reencontrar todo aquello que dejé a un lado.


¡oh, Santa Lujuria! ¿Dónde estas?...ainss eso de que me hallas abandonao no me mola nada, aunque estoy muy tranquilita, pero bueno con una persona puedo hacer la excepción de k me revuelva todo, el suelo, el cielo, el infierno, el purgatorio….mi sexo, ¡todo! Jajaja pero bueno, tiempo al tiempo, que de paciente nadie me gana, y nada pequeños malkavian si sois capaz de recordar quienes sois rezad a Caín por mi alma, me estoy volviendo una santa…..jajajajajaja



...Peregrina de las Estrellas...

jueves, 15 de noviembre de 2007

Refugio " La flor más puta"


Y en mis sueños más amargos,

me despierto cuando han terminado

y en los mas bonitos,

me despierto cuando aun no han empezado.


Y es la triste historia,

que se escribe sobre papel mojado,

la de los ojos rojos y un oscuro pasado.

Y es la misma,

que pasa de mi cuando todo me va mal,

y es la misma,

que siempre me quita las ganas de cantar.


*ESTRIBILLO*

Que no la encuentro,

se me perdió,

la flor mas puta de mi rincon.

¿En donde esta?

yo no lo se, pero me pone la vida al reves.

De rama en rama,

pasa la vida,

se abre de piernas

y se le olvida,

llego el otoño

el muy cabron

y deshojo a su pobre corazon.


Mis malos pensamientos,

habitan debajo de mi cama

y cuando me levanto me revientan,

las mañanas. (BIS)


*ESTRIBILLO*


...Peregrina de las Estrellas...

sábado, 10 de noviembre de 2007

Dejad que los niños se acerquen a mi




Letra del grupo llamado : Lujuria


Dejad que los niños vengan a rezar,
Con mucho cariño que besen mi anillo,
No es ese al anillo que debes besar,
Seguro que sabes bien lo que te pido.

Esto es un juego, deja de temblar,
Con estas caricias yo te hago mas santo,
Es nuestro secreto, no debes hablar,
El baston del diablo es lo que estas notando.

Los elegidos,
Los ministros de dios,
No son tan santos,
Pero viven señalando, con su dedo acusador.

Dejad que los niños se acerquen a mi,
¡como me asusta esa frase!
Dejad que los niños se acerquen a mi,
Mientras esconden su empalme.

En su iglesia hoy estan nerviosos,
Pues se ha descubierto por fin el pastel,
Pero como todos son hombres piadosos,
Nadie pagara por algo tan cruel.

Y sigue habiendo a la venta estampitas,
Que representan al hijo de dios,
Luce en su rostro una dulce sonrisa,
Y siempre hay niños a su alrededor.

Los elegidos,
Los ministros de dios,
No son tan santos,
Pero viven señalando, con su dedo acusador.

Dejad que los niños se acerquen a mi,
¡como me asusta esa frase!
Dejad que los niños se acerquen a mi,
Mientras esconden su empalme.

Dejad que los niños se acerquen a mi,
¡como me asusta esa frase!
Dejad que los niños se acerquen a mi,
Mientras esconden su empalme.

Dejad que los niños se acerquen a mi,
¡como me asusta esa frase!
Dejad que los niños se acerquen a mi,
Mientras esconden su empalme.

Dejad que los niños se acerquen a mi,
¡como me asusta esa frase!
Dejad que los niños se acerquen a mi,
¡que dolorosa es la fe!

...Peregrina de las Estrellas...

ummm mi vida mejora? umm la social esta bien, esperemos a la amorosa...^^




Bueno, un viernes más y tranquilito, no hubo nadie k lo jodiera, no hubo discusiones, no hubo cotilleos, trankilidad absoluta, bueno casi absoluta....kiza pronto nos enteremos mi hermanita y yo de cosas k dudo mucho k nos convenga saberlas, pero bueno. Vamos k fue una mierda de viernes..jajajaja no no, miento, me lo pasé como los niños chicos, estaba en mi nube, feliz pues eso es lo que buscaba la felicidad efimera de las drogas, pero me levantado con una buena noticia asik no fue tan mala idea relajarme.

Bueno no se, ¿me estoy volviendo a enamorar? es una pregunta dificil, es una pregunta que aun no se si tiene respuesta, este sentiemiento es algo nuevo, y me causa incertidumbre, pero se que si me mantengo firme, si no dejo entrar las dudas en mi mente, todo saldrá bien. Por suerte tengo el apoyo de mi hermanita, y por supuesto mi hermanita me tiene ami, pues nada a ver que tal se me da el sabado, pero os digo algo, promete...jajaja anda que si promete, no lo digo en un tono sexual, pese a lo que pienses o digan ciertas personas, no pienso todo el dia en el sexo de hecho solo lo pienso cuando tengo a una bella dama a mi lado pero mientras es ....superfluo. Me refiero a que mi vida social esta tarde se verá enriquecida con la presencia de Gallego, bueno, a ver que tal se nos da la tarde, umm, nunca me gustó el ambiente, por algo será ¿no?


...Peregrina de las Estrellas...

viernes, 9 de noviembre de 2007

Mujeres condenadas


 
                       Charles Baudelaire
 
Como un rebaño pensativo sobre la arena acostadas,
entornan los ojos hacia el horizonte marino,
y sus pies que se buscan y sus manos enlazadas
tienen dulces languideces, amargos escalofríos.
 
Unas, corazones que aman las largas confidencias,
en el corazón de los bosques y junto a los arroyos,
deletrean el amor de las tímidas infancias
y marcan en el tronco los jóvenes arbolillos;
 
otras, como hermanas, andan lentas, graves,
a través de las rocas llenas de apariciones,
donde san Antonio vio surgir como lavas,
desnudo el seno, a sus purpúreas tentaciones.
 
Las hay que a la lumbre de resinas goteantes,
en el hueco mudo de los viejos antros paganos,
te llaman en socorro de sus fiebres aullantes,
¡oh Baco, adormecedor de viejos remordimientos!
 
Y otras, cuya garganta gusta de escapularios,
que, ocultando un látigo bajo sus largos vestidos,
mezclan en la noche oscura y los bosques solitarios
espuma del placer y lágrimas de la tortura.
 
¡Oh vírgenes, oh demonios, oh monstruos, oh mártires!,
grandes espíritus negadores de la realidad,
buscadores de lo infinito, devotos y sátiros,
ora llenos de furor, ora llenos de llanto,
 
vosotras, a las que en vuestro infierno mi alma os [ha seguido,
pobres hermanas, os amo tanto como os compadezco
por vuestras dolorosas tristezas, vuestra sed no saciada,
y las urnas de amor que llenan vuestro corazón.
 ...Peregrina de las Estrellas...
 
P.D: Te lo dedico ati Sensei, Ai shiteru

sábado, 3 de noviembre de 2007

Ya te veo caminar,¡muere!¡muere!






Y vagué durante años para no encontrar más que escombros a lo que llamé mi vida.Fue destrozada por la recompensa del rechazo y la deslealtad de aquella a quien amé.


Hoy, no me arrepiento de haberme dejado la piel en el vano intento de ser feliz junto a alguien que no se lo merecía, no se merecía mi amor.


Hoy, me dedico a mí, porque la única que me juzgara al final será mi conciencia, diré a mi favor que creí hacer las cosas bien, y baste que aparezca mi vanidad, para bien o para mal las hice como mi corazón y mi mente me dictaron.

En mas de una ocasión desterré a mi corazón, le hice daño, para que mi futuro yo fuera feliz, mirara a tras y viera que mis pasos, siempre, fueron los acertados.


...Peregrina de las Estrellas...

miércoles, 24 de octubre de 2007

MIERDA PUTA!!!

Solo dire que el dia de ayer fue una puta mierda, menos mal que sigo teniendo gente ami lado...OS QUIERO COÑO!!!

sábado, 20 de octubre de 2007

Empiezo a odiar octubre...y mi ciudad....¬¬


Estamos en una vorágine de tales dimensiones que todo lo que nos rodea no es sino una simple sombra de lo que fue, estoy un pelin cansada de la gente de mi ciudad, no es simplemente la actitud de ciertos cabrones sino que tu pidas perdón intentes redimirte y nadie te ofrezca su mano para consolarte, somos unos hipócritas, decimos que sabemos perdonar, que somos humanos pero cuando nos hacen daño nuestra impiedad es tal que hasta los demonios son santos a nuestro lado, no diré más, solo estoy rallada porque no creo merecerme del todo que me canteén la cara cuando he sabido reconocer mis errores a tiempo, hace un año ni dios me hubiera sacado un perdón sincero de mi alma…..hay gente que no sabe apreciar el poder de un perdón….¿me toca ser cruel?

Lilith vuelve, aprende, pero no queráis a la cabrona que fui….al final serán los demás los que pidan perdón, siempre vuelven, siempre.

...Peregrina de las Estrellas...

sábado, 13 de octubre de 2007

Empiezas bien.......acabas muy mal


Ayer iba a ser una noche inolvidable de lo genial y del buen rollo que íbamos a tener, todo se jodió, no daré detalles pero fue una noche en la que una amiga mía no tuvo que haber salido, se que es inútil que me sienta responsable, y que aurora se sienta culpable es inútil, fue un desliz un jodido desliz pero al final y al cabo un desliz, al final la noche se salvó, como no, gracias al Hippie sino llega a ser por el estaría ahora mismo bastante mal, solo espero que esta noche mejore algo la cosa, que sea un sábado normal…..¡jajajajaja! ¿Pero qué coño digo? Ningún sábado es normal en esta mierda de ciudad, ¡venga! Apostemos a ver quien es el subnormal que nos jode la noche, pero hoy, hoy amig@s o quien quiera que me lea, si me lee alguien, hoy no pienso reprimir mi ¡ira homicida! Hoy va a morir alguien, claro esta, no físicamente pero su mente quedará tan destrozada que la única neurona que le quede se refugiará en lo más hondo de su asqueroso culo……
Sí creo que estoy aun algo violenta, pero me enervo muchísimo con las injusticias, es algo que no puedo, ¡eh! Ahora estoy muy muy muy decepcionada conmigo misma la cagué con otra amiga por algo que no debí decirle, hice que se rallara sin motivo y eso solo me prueba que soy una mierda de tía, egoísta, una niñata de mierda…no tengo ni idea de cómo lo voy a arreglar…me siento lo peor, pero creo que con el tiempo hasta aprenderé cuando tengo que estar callada cuando estoy pedo, valla mierda de madrugada... para quien no me crea, SOY LO PEOR, una puñetera hipócrita, una niñata, una cría de mierda!!... pero humana no?...¡no! la autocompasión nunca a llevado a nada, tengo que ser valiente y afrontar las consecuencias de mi cagada, me lamento aquí, pero delante de la chica a quien le he hecho daño injustamente, puede castigarme sin su presencia, sin su amistad…porque me lo merezco.
Bueno ¡basta ya de tanto lamentarte Lilith! ……después de lamer mis heridas con palabras banales, meras bagatelas…porque no voy a poder remediar ese error, me despido. Escupidme a los ojos áspides, cortad mi lengua con una navaja al rojo vivo y dejas que vague por el mundo así…..sin consuelo.

...Peregrina de las Estrellas...

sábado, 6 de octubre de 2007

Oda a la amistad

¿Cómo podemos saber cuando una historía termina definitivamente y cuando aun te hace daño? Mejor dicho,¿cómo podemos saber cuando alguien del pasado no nos hará daño con su sola presencia?
Es muy duro enfrentarte a tu dolor, y más si viene acompañado de promesas e ilusiones que nunca cumpliras, es tan facil mentirse a una misma, cuando ya te crees tu mentira es aun más facil decirle al mundo que estas bien aunque tu vida sea una mierda. si alguna vez renegué del amor por culpa del dolor ahora vuelvo a las mismas de hace tres años, mis amig@s a muerte y se acabó. Lo peor de todo esque ayer me agarré tal pedo que hacia mucho tiempo que no estaba yo tan mal, sí mi vida es una mierda, pero almenos tengo a mis amigas Aurora la principal, La Jehi(jessi) Ely y el hippie..estos son mis amigos de mi ciudad y no los quiero perder, esto es lo unico que merece la pena en mi vida, mis colegas, mis libros mis letras....lo demás solo son simples bagatelas sin sentido que nos distraen de nuestra meta....ser felices, y una cosa os digo lectores o quien se digne a leer esto, nos joderan,nos aplastaran, follaremos y nos tiraran a la basura como simples pañakas(pañuelos) pero nos levantaremos y estaremos juntos, no habrá mal que por bien no venga....y a todos los demas QUE OS JODAN!!NO PENSAMOS CAMBIAR!

...Peregrina de las Estrellas...

sábado, 21 de julio de 2007

“Y de un tiempo a esta parte…”


Y de un tiempo a esta parte mimada una rosa,

quisiera cantarle al alba que te escapaste a liberar su alma,

a dejar paso a las enseñanzas de una vida sin prejuicios,

y con esperanza volar hacia tierras lejas en tu mente formadas,

quisiera que pensaras en mi alguna vez y que con una sonrisa recordaras las risas que nos echamos en el Berlín.


Y de un tiempo a esta parte recuerdo tu mirada,

tu guiño anhelante a tu amada y no reprimo nada,

que me hace feliz verte feliz,

y como un poeta de calleja te ofrezco mis tretas,

para sacarte una lágrima de emoción o un gracias comprometido.


Y de un tiempo a esta parte te deseo lo mejor,

amor,

felicidad,

salud y a poder ser dinero,

hace 4 años me encontré con tu caminar desgarbado en un antro,

y entristecida por la distancia tu cara no era la misma,

ahora me encuentro con tu risa a cada paso,

y los años que han pasado raudos con sus daños y favores te recompensa con experiencia y audacia,

no se que puedo ofrecerte yo,

una mano amiga,

un hombro en tiempos de amargura y unas risas cuando más lo quieras,

yo a cambio no te pido nada,

tu presencia me basta.


Se feliz y toma una vez más mi mano,

que anhelante espera tu abrazo.


…Peregrina de las Estrellas…
P.D: Para Didi..una amiga de verdad, alguien que nunca olvidaré.Te quiero loca!

lunes, 25 de junio de 2007

...hermosura....


¿Quieres,hermosa mía, que ahora te hable del paraíso?

Entonces abre las piernas con la máxima dulzura.


...Peregrina de las Estrellas...

lunes, 18 de junio de 2007

Los ojos verdes (Bequer)


LOS OJOS VERDES


Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir cualquier cosa con este título. Hoy, que se me ha presentado ocasión, lo he puesto con letras grandes en la primera cuartilla de papel, y luego he dejado a capricho volar la pluma.
Yo creo que he visto unos ojos como los que he pintado en esta leyenda. No sé si en sueños, pero yo los he visto. De seguro no los podré describir tal cuales ellos eran: luminosos, transparentes como las gotas de la lluvia que se resbalan sobre las hojas de los árboles después de una tempestad de verano. De todos modos, cuento con la imaginación de mis lectores para hacerme comprender en este que pudiéramos llamar boceto de un cuadro que pintaré algún día.


I
-Herido va el ciervo..., herido va... no hay duda. Se ve el rastro de la sangre entre las zarzas del monte, y al saltar uno de esos lentiscos han flaqueado sus piernas... Nuestro joven señor comienza por donde otros acaban... En cuarenta años de montero no he visto mejor golpe... Pero, ¡por San Saturio, patrón de Soria!, cortadle el paso por esas carrascas, azuzad los perros, soplad en esas trompas hasta echar los hígados, y hundid a los corceles una cuarta de hierro en los ijares: ¿no veis que se dirige hacia la fuente de los Alamos y si la salva antes de morir podemos darlo por perdido?
Las cuencas del Moncayo repitieron de eco en eco el bramido de las trompas, el latir de la jauría desencadenada, y las voces de los pajes resonaron con nueva furia, y el confuso tropel de hombres, caballos y perros, se dirigió al punto que Iñigo, el montero mayor de los marqueses de Almenar, señalara como el más a propósito para cortarle el paso a la res.
Pero todo fue inútil. Cuando el más ágil de los lebreles llegó a las carrascas, jadeante y cubiertas las fauces de espuma, ya el ciervo, rápido como una saeta, las había salvado de un solo brinco, perdiéndose entre los matorrales de una trocha que conducía a la fuente.
-¡Alto!... ¡Alto todo el mundo! -gritó Iñigo entonces-. Estaba de Dios que había de marcharse.
Y la cabalgata se detuvo, y enmudecieron las trompas, y los lebreles dejaron refunfuñando la pista a la voz de los cazadores.
En aquel momento, se reunía a la comitiva el héroe de la fiesta, Fernando de Argensola, el primogénito de Almenar.
-¿Qué haces? -exclamó, dirigiéndose a su montero, y en tanto, ya se pintaba el asombro en sus facciones, ya ardía la cólera en sus ojos-. ¿Qué haces, imbécil? Ves que la pieza está herida, que es la primera que cae por mi mano, y abandonas el rastro y la dejas perder para que vaya a morir en el fondo del bosque. ¿Crees acaso que he venido a matar ciervos para festines de lobos?
-Señor -murmuró Iñigo entre dientes-, es imposible pasar de este punto.
-¡Imposible! ¿Y por qué?
-Porque esa trocha -prosiguió el montero- conduce a la fuente de los Alamos: la fuente de los Alamos, en cuyas aguas habita un espíritu del mal. El que osa enturbiar su corriente paga caro su atrevimiento. Ya la res, habrá salvado sus márgenes. ¿Cómo la salvaréis vos sin atraer sobre vuestra cabeza alguna calamidad horrible? Los cazadores somos reyes del Moncayo, pero reyes que pagan un tributo. Fiera que se refugia en esta fuente misteriosa, pieza perdida.
-¡Pieza perdida! Primero perderé yo el señorío de mis padres, y primero perderé el ánima en manos de Satanás, que permitir que se me escape ese ciervo, el único que ha herido mi venablo, la primicia de mis excursiones de cazador... ¿Lo ves?... ¿Lo ves?... Aún se distingue a intervalos desde aquí; las piernas le fallan, su carrera se acorta; déjame..., déjame; suelta esa brida o te revuelvo en el polvo... ¿Quién sabe si no le daré lugar para que llegue a la fuente? Y si llegase, al diablo ella, su limpidez y sus habitadores. ¡Sus, Relámpago!; ¡sus, caballo mío! Si lo alcanzas, mando engarzar los diamantes de mi joyel en tu serreta de oro.
Caballo y jinete partieron como un huracán. Iñigo los siguió con la vista hasta que se perdieron en la maleza; después volvió los ojos en derredor suyo; todos, como él, permanecían inmóviles y consternados.
El montero exclamó al fin:
-Señores, vosotros lo habéis visto; me he expuesto a morir entre los pies de su caballo por detenerlo. Yo he cumplido con mi deber. Con el diablo no sirven valentías. Hasta aquí llega el montero con su ballesta; de aquí en adelante, que pruebe a pasar el capellán con su hisopo.


II
-Tenéis la color quebrada; andáis mustio y sombrío. ¿Qué os sucede? Desde el día, que yo siempre tendré por funesto, en que llegasteis a la fuente de los Alamos, en pos de la res herida, diríase que una mala bruja os ha encanijado con sus hechizos. Ya no vais a los montes precedido de la ruidosa jauría, ni el clamor de vuestras trompas despierta sus ecos. Sólo con esas cavilaciones que os persiguen, todas las mañanas tomáis la ballesta para enderezaros a la espesura y permanecer en ella hasta que el sol se esconde. Y cuando la noche oscurece y volvéis pálido y fatigado al castillo, en valde busco en la bandolera los despojos de la caza. ¿Qué os ocupa tan largas horas lejos de los que más os quieren?
Mientras Iñigo hablaba, Fernando, absorto en sus ideas, sacaba maquinalmente astillas de su escaño de ébano con un cuchillo de monte.
Después de un largo silencio, que sólo interrumpía el chirrido de la hoja al resbalar sobre la pulimentada madera, el joven exclamó, dirigiéndose a su servidor, como si no hubiera escuchado una sola de sus palabras:
-Iñigo, tú que eres viejo, tú que conoces las guaridas del Moncayo, que has vivido en sus faldas persiguiendo a las fieras, y en tus errantes excursiones de cazador subiste más de una vez a su cumbre, dime: ¿has encontrado, por acaso, una mujer que vive entre sus rocas?
-¡Una mujer! -exclamó el montero con asombro y mirándole de hito en hito.
-Sí -dijo el joven-, es una cosa extraña lo que me sucede, muy extraña... Creí poder guardar ese secreto eternamente, pero ya no es posible; rebosa en mi corazón y asoma a mi semblante. Voy, pues, a revelártelo... Tú me ayudarás a desvanecer el misterio que envuelve a esa criatura que, al parecer, sólo para mí existe, pues nadie la conoce, ni la ha visto, ni puede dame razón de ella.
El montero, sin despegar los labios, arrastró su banquillo hasta colocarse junto al escaño de su señor, del que no apartaba un punto los espantados ojos... Este, después de coordinar sus ideas, prosiguió así:
-Desde el día en que, a pesar de sus funestas predicciones, llegué a la fuente de los Alamos, y, atravesando sus aguas, recobré el ciervo que vuestra superstición hubiera dejado huir, se llenó mi alma del deseo de soledad.
Tú no conoces aquel sitio. Mira: la fuente brota escondida en el seno de una peña, y cae, resbalándose gota a gota, por entre las verdes y flotantes hojas de las plantas que crecen al borde de su cuna. Aquellas gotas, que al desprenderse brillan como puntos de oro y suenan como las notas de un instrumento, se reúnen entre los céspedes y, susurrando, susurrando, con un ruido semejante al de las abejas que zumban en torno a las flores, se alejan por entre las arenas y forman un cauce, y luchan con los obstáculos que se oponen a su camino, y se repliegan sobre sí mismas, saltan, y huyen, y corren, unas veces, con risas; otras, con suspiros, hasta caer en un lago. En el lago caen con un rumor indescriptible. Lamentos, palabras, nombres, cantares, yo no sé lo que he oído en aquel rumor cuando me he sentado solo y febril sobre el peñasco a cuyos pies saltan las aguas de la fuente misteriosa, Para estancarse en una balsa profunda cuya inmóvil superficie apenas riza el viento de la tarde.
Todo allí es grande. La soledad, con sus mil rumores desconocidos, vive en aquellos lugares y embriaga el espíritu en su inefable melancolía. En las plateadas hojas de los álamos, en los huecos de las peñas, en las ondas del agua, parece que nos hablan los invisibles espíritus de la Naturaleza, que reconocen un hermano en el inmortal espíritu del hombre.
Cuando al despuntar la mañana me veías tomar la ballesta y dirigirme al monte, no fue nunca para perderme entre sus matorrales en pos de la caza, no; iba a sentarme al borde de la fuente, a buscar en sus ondas... no sé qué, ¡una locura! El día en que saltó sobre ella mi Relámpago, creí haber visto brillar en su fondo una cosa extraña.., muy extraña..: los ojos de una mujer.
Tal vez sería un rayo de sol que serpenteó fugitivo entre su espuma; tal vez sería una de esas flores que flotan entre las algas de su seno y cuyos cálices parecen esmeraldas...; no sé; yo creí ver una mirada que se clavó en la mía, una mirada que encendió en mi pecho un deseo absurdo, irrealizable: el de encontrar una persona con unos ojos como aquellos. En su busca fui un día y otro a aquel sitio.
Por último, una tarde... yo me creí juguete de un sueño...; pero no, es verdad; le he hablado ya muchas veces como te hablo a ti ahora...; una tarde encontré sentada en mi puesto, vestida con unas ropas que llegaban hasta las aguas y flotaban sobre su haz, una mujer hermosa sobre toda ponderación. Sus cabellos eran como el oro; sus pestañas brillaban como hilos de luz, y entre las pestañas volteaban inquietas unas pupilas que yo había visto..., sí, porque los ojos de aquella mujer eran los ojos que yo tenía clavados en la mente, unos ojos de un color imposible, unos ojos...
-¡Verdes! -exclamó Iñigo con un acento de profundo terror e incorporándose de un golpe en su asiento.
Fernando lo miró a su vez como asombrado de que concluyese lo que iba a decir, y le preguntó con una mezcla de ansiedad y de alegría:
-¿La conoces?
-¡Oh, no! -dijo el montero-. ¡Líbreme Dios de conocerla! Pero mis padres, al prohibirme llegar hasta estos lugares, me dijeron mil veces que el espíritu, trasgo, demonio o mujer que habita en sus aguas tiene los ojos de ese color. Yo os conjuro por lo que más améis en la tierra a no volver a la fuente de los álamos. Un día u otro os alcanzará su venganza y expiaréis, muriendo, el delito de haber encenagado sus ondas.
-¡Por lo que más amo! -murmuró el joven con una triste sonrisa.
-Sí -prosiguió el anciano-; por vuestros padres, por vuestros deudos, por las lágrimas de la que el Cielo destina para vuestra esposa, por las de un servidor, que os ha visto nacer.
-¿Sabes tú lo que más amo en el mundo? ¿Sabes tú por qué daría yo el amor de mi padre, los besos de la que me dio la vida y todo el cariño que pueden atesorar todas las mujeres de la tierra? Por una mirada, por una sola mirada de esos ojos... ¡Mira cómo podré dejar yo de buscarlos!
Dijo Fernando estas palabras con tal acento, que la lágrima que temblaba en los párpados de Iñigo se resbaló silenciosa por su mejilla, mientras exclamó con acento sombrío:
-¡Cúmplase la voluntad del Cielo!


III
-¿Quién eres tú? ¿Cuál es tu patria? ¿En dónde habitas? Yo vengo un día y otro en tu busca, y ni veo el corcel que te trae a estos lugares ni a los servidores que conducen tu litera. Rompe de una vez el misterioso velo en que te envuelves como en una noche profunda. Yo te amo, y, noble o villana, seré tuyo, tuyo siempre.
El sol había traspuesto la cumbre del monte; las sombras bajaban a grandes pasos por su falda; la brisa gemía entre los álamos de la fuente, y la niebla, elevándose poco a poco de la superficie del lago, comenzaba a envolver las rocas de su margen.
Sobre una de estas rocas, sobre la que parecía próxima a desplomarse en el fondo de las aguas, en cuya superficie se retrataba, temblando, el primogénito Almenar, de rodillas a los pies de su misteriosa amante, procuraba en vano arrancarle el secreto de su existencia.
Ella era hermosa, hermosa y pálida como una estatua de alabastro. Y uno de sus rizos caía sobre sus hombros, deslizándose entre los pliegues del velo como un rayo de sol que atraviesa las nubes, y en el cerco de sus pestañas rubias brillaban sus pupilas como dos esmeraldas sujetas en una joya de oro.
Cuando el joven acabó de hablarle, sus labios se removieron como para pronunciar algunas palabras; pero exhalaron un suspiro, un suspiro débil, doliente, como el de la ligera onda que empuja una brisa al morir entre los juncos.
-¡No me respondes! -exclamó Fernando al ver burlada su esperanza-. ¿Querrás que dé crédito a lo que de ti me han dicho? ¡Oh, no!... Háblame; yo quiero saber si me amas; yo quiero saber si puedo amarte, si eres una mujer...
-O un demonio... ¿Y si lo fuese?
El joven vaciló un instante; un sudor frío corrió por sus miembros; sus pupilas se dilataron al fijarse con más intensidad en las de aquella mujer, y fascinado por su brillo fosfórico, demente casi, exclamó en un arrebato de amor:
-Si lo fueses.:., te amaría..., te amaría como te amo ahora, como es mi destino amarte, hasta más allá de esta vida, si hay algo más de ella.
-Fernando -dijo la hermosa entonces con una voz semejante a una música-, yo te amo más aún que tú me amas; yo, que desciendo hasta un mortal siendo un espíritu puro. No soy una mujer como las que existen en la Tierra; soy una mujer digna de ti, que eres superior a los demás hombres. Yo vivo en el fondo de estas aguas, incorpórea como ellas, fugaz y transparente: hablo con sus rumores y ondulo con sus pliegues. Yo no castigo al que osa turbar la fuente donde moro; antes lo premio con mi amor, como a un mortal superior a las supersticiones del vulgo, como a un amante capaz de comprender mi caso extraño y misterioso.
Mientras ella hablaba así, el joven absorto en la contemplación de su fantástica hermosura, atraído como por una fuerza desconocida, se aproximaba más y más al borde de la roca.
La mujer de los ojos verdes prosiguió así:
-¿Ves, ves el límpido fondo de este lago? ¿Ves esas plantas de largas y verdes hojas que se agitan en su fondo?... Ellas nos darán un lecho de esmeraldas y corales..., y yo..., yo te daré una felicidad sin nombre, esa felicidad que has soñado en tus horas de delirio y que no puede ofrecerte nadie... Ven; la niebla del lago flota sobre nuestras frentes como un pabellón de lino...; las ondas nos llaman con sus voces incomprensibles; el viento empieza entre los álamos sus himnos de amor; ven..., ven.
La noche comenzaba a extender sus sombras; la luna rielaba en la superficie del lago; la niebla se arremolinaba al soplo del aire, y los ojos verdes brillaban en la oscuridad como los fuegos fatuos que corren sobre el haz de las aguas infectas... Ven, ven... Estas palabras zumbaban en los oídos de Fernando como un conjuro. Ven... y la mujer misteriosa lo llamaba al borde del abismo donde estaba suspendida, y parecía ofrecerle un beso..., un beso...
Fernando dio un paso hacía ella..., otro..., y sintió unos brazos delgados y flexibles que se liaban a su cuello, y una sensación fría en sus labios ardorosos, un beso de nieve..., y vaciló..., y perdió pie, y cayó al agua con un rumor sordo y lúgubre.
Las aguas saltaron en chispas de luz y se cerraron sobre su cuerpo, y sus círculos de plata fueron ensanchándose, ensanchándose hasta expirar en las orillas.


...Peregrina de las Estrellas...

La Ley del Talión




La ley del talión


[Cuento. Texto completo]



Marqués de Sade



Un honesto burgués de la Picardía, descendiente tal vez de uno de aquellos ilustres trovadores de las riberas del Oise o del Somme, cuya olvidada existencia acaba de ser rescatada de las tinieblas apenas hace diez o doce años por un gran escritor de este siglo; un burgués bueno y honrado, repito, vivía en la ciudad de San Quintín, tan célebre por los grandes hombres que ha dado a la literatura, y vivían allí honradamente él, su mujer y una prima en tercer grado, religiosa en un convento de la ciudad. La prima en tercer grado era una muchacha morena, de ojos vivaces, nariz respingona y esbelto talle. Fastidiada por tener veintidós años y por ser religiosa desde hacía ya cuatro, la hermana Petronila, pues ese era su nombre, poseía además una bonita voz y mucho más temperamento que religión. En cuanto a Esclaponville, que así se llamaba nuestro burgués, era un joven gordinflón de unos veintiocho años a quien por encima de todo le gustaba su prima y no tanto, ni muchísimo menos, la señora de Esclaponville, pues venía acostándose con ella desde hacía ya diez años y un hábito de diez años resulta verdaderamente funesto para el fuego del himeneo. La señora de Esclaponville -hay que hacer su descripción, pues, ¿qué ocurriría si no cuidásemos las descripciones en un siglo en el que sólo hay demanda de cuadros, en el que incluso una tragedia puede no ser aceptada si los vendedores de telones no ven en ella seis cambios de decorado, por lo menos-; la señora de Esclaponville, repito, era una rubianca algo insípida pero blanca como la nieve, con unos ojos bastante bonitos, algo entrada en carnes y con esos mofletes que se suelen atribuir a una buena vida.
Hasta el momento en que nos hallamos, la señora de Esclaponville ignoraba que pudiera existir una forma de vengarse de un esposo infiel. Prudente como su madre, que había vivido ochenta y tres años con el mismo hombre sin haberle sido infiel jamás, era todavía tan ingenua y tan candorosa que no podía ni siquiera sospechar ese espantoso crimen que los casuistas han denominado adulterio y que los sofisticados, que todo lo suavizan, han calificado simplemente de galantería. Pero una mujer traicionada pronto recibe consejos de venganza de su resentimiento, y como nadie quiere quedarse a la zaga, en seguida que se le presenta la ocasión no hay cosa alguna que la arredre para que nada le puedan reprochar. La señora de Esclaponville se enteró, al fin, de que su querido esposo visitaba con excesiva frecuencia a la prima en tercer grado; el demonio de los celos se apodera de su alma, acecha, se informa y acaba por descubrir que hay muy pocas cosas en San Quintín tan probadas como los amoríos de su esposo y de sor Petronila. Segura de su efecto, la señora de Esclaponville declara finalmente a su marido que la conducta que observa la desgarra el alma; que ella nunca ha merecido un comportamiento semejante, y le ruega que no siga haciendo de las suyas.
-¿De las mías? -le contesta flemáticamente su marido- ¿No sabes, amiga mía, que acostándome con mi prima la religiosa gano mi salvación? Con una intriga tan santa el alma queda limpia; es como identificarse con el Ser supremo; es como si el Espíritu Santo tomara cuerpo dentro de uno mismo. No puede haber ningún pecado, mujer, con personas consagradas a Dios; purifican todo lo que se hace con ellas, y frecuentarlas suele despejar el camino hacia la beatitud celestial.
La señora de Esclaponville; no muy satisfecha del éxito de su amonestación, no despegó los labios, pero jura en su fuero interno que ya sabrá encontrar alguna forma de elocuencia más persuasiva... Lo malo de esto es que las mujeres siempre encuentran lo que buscan: por poco atractivas que sean, no tienen más que invocarlos y los vengadores les llueven por todas partes.
En la ciudad vivía cierto vicario de parroquia al que llamaban el padre Bosquet, un buen mozo de unos treinta años que andaba detrás de todas las mujeres y que estaba haciendo un bosque con las frentes de todos los maridos de San Quintín. La señora de Esclaponville corrió al vicario; como es inevitable, el vicario conoció a su vez a la señora de Esclaponville y los dos llegaron a conocerse tan a fondo que ambos hubieran podido pintar un retrato de cuerpo entero del otro sin temor a la más pequeña equivocación. Al cabo de un mes todos acudieron a felicitar al bueno de Esclaponville, que se jactaba de ser el único que había escapado a las temibles galanterías del vicario y de poseer la única frente aún no mancillada por aquel granuja.
-Eso no puede ser -contesta Esclaponville a quienes se lo contaban-, mi mujer es tan virtuosa como una Lucrecia, no lo creería aunque me lo repitieran mil veces.
-Entonces, ven -le dice uno de los amigos-, ven y haré que te convenzas con tus propios ojos y luego ya veremos si sigues dudándolo.
Esclaponville se deja llevar y su amigo le conduce a un paraje solitario, a una media legua de la ciudad, donde el Somme, encajonado entre dos arboledas frescas y cubiertas de flores, invita a los habitantes de la ciudad a un delicioso baile; pero como la cita era a una hora en la que por lo general nadie se está bañando todavía, nuestro infortunado esposo apura el amargo trago de ver cómo aparece primero su virtuosa mujer y acto seguido su rival sin que nadie venga a estorbarles.
-¿Y qué? -le pregunta su amigo a Esclaponville-, ¿ya te empieza a picar la frente?
-Todavía no -contesta el burgués rascándosela, no obstante, sin darse cuenta-, a lo mejor viene aquí a confesarse.
-Entonces esperemos al desenlace -responde su amigo.
No tuvieron que esperar demasiado. Nada más llegar a la deliciosa sombra del oloroso seto, el padre Bosquet se despoja de todo cuanto pudiera constituir un estorbo para los amorosos abrazos que maquina y pone manos a la obra santamente para elevar, quizá ya por trigésima vez, al bueno y honrado de Esclaponville a la altura de los restantes maridos de la ciudad.
-Y bien, ¿ahora lo crees? -le pregunta el amigo.
-Volvamos -responde agriamente Esclaponville- porque a fuerza de creerlo podría muy bien matar a ese maldito cura y me harían pagarlo más caro de lo que vale; volvamos, amigo mío, y guardadme el secreto, os lo ruego.
Sumido en la mayor turbación, Esclaponville regresa a su casa y su beatífica esposa aparece poco después para comer en su casta compañía.
-¡Un momento! -exclama el burgués, furioso-. Mujer, siendo aún un niño juré a mi padre que nunca me sentaría a la mesa con prostitutas.
-¿Con prostitutas? -le contesta beatíficamente la señora de Esclaponville-. Amigo mío, vuestras palabras me asombran, ¿es que tenéis acaso algo que reprocharme?
-¡Pero cómo, carroña! ¿Que si tengo algo que reprocharos? ¿Qué es lo que habéis ido a hacer esta tarde a los baños con nuestro vicario?
-¡Oh, Dios mío! -responde la dulce esposa-. ¿Sólo es eso? ¿Eso es todo lo que tienes que decirme?
-¡Cómo, diablos, que si es eso todo...!
-Pero, amigo mío, yo he seguido vuestros consejos. ¿No me dijisteis que no había nada de malo en acostarse con gente de la Iglesia, que el alma se purificaba con una intriga tan santa, que era como identificarse con el Ser supremo, hacer que el Espíritu Santo entrara dentro de uno y abrirse; en una palabra, el camino de la beatitud celestial...? Pues bien, hijo mío, yo no he hecho más que lo que me indicasteis, por lo que soy una santa y no una ramera. ¡Ah!, y os añado que si alguna de esas almas elegidas de Dios tiene medios para abrir, como vos decíais, el camino de la beatitud celestial, tiene que ser, sin duda, la del señor vicario, pues yo no había visto nunca una llave tan grande.



FIN

domingo, 17 de junio de 2007

Opening "The L word"




Chicas en vestidos ajustados que se disfrazan con bigotes.
Chicas conduciendo rápido en las noticias, con grandes títulos.


Mujeres que anhelan, aman, extrañan, mujeres que dan.

Esta es la forma, es la forma en la que vivimos...


Hablando, riendo, amando, respirando, peleando, follando,
llorando, bebiendo, montando, ganando, perdiendo, engañando, besando, pensando, soñando.
Ésta es la forma, es la forma en la que vivimos.....

Es la forma en la que vivimos.....y amamos...




...Peregrina de las Estrellas...

sábado, 9 de junio de 2007

LA INTERNACIONAL


Del pasado hay que hacer añicos,


Legión esclava, ¡en pie, a vencer!


El mundo va a cambiar de base,


Los nada de hoy, todo han de ser.



Agrupémonos todos en la lucha final.


El género humano, es la Internacional.


Agrupémonos todos en la lucha final.


El género humano, es la Internacional.



Ni en dioses, reyes ni tribunos


Está el supremo salvador.


Nosotros mismos realicemos


El esfuerzo redentor.



Para hacer que el tirano caiga


Y al mundo siervo liberar,


Soplemos la potente fragua


Que al hombre libre ha de forjar.



Agrupémonos todos en la lucha final.


El género humano, es la Internacional.


Agrupémonos todos en la lucha final.


El género humano, es la Internacional.



La ley nos burla, y el Estado


Oprime y sangra al productor.


Nos da derechos irrisorios,


No hay deberes del señor.



¡Basta ya de tutela odiosa!


Que la igualdad ley ha de ser.


No más deberes sin derechos,


Ningún derecho sin deber.



Agrupémonos todos en la lucha final.


El género humano, es la Internacional.


Agrupémonos todos en la lucha final.


El género humano, es la Internacional.



...Peregrina de las Estrellas...