lunes, 4 de junio de 2007

OTOÑO



Llego el otoño con finas gotas de lluvia
recalando en mi rostro.
Mientras, observo el paso de las nubes
tan lentas, como el paso de mi infancia.

Árboles que tejen su propia manta con sus propias almas.
Almas que caen
sobre otras almas.
Hojas secas y muertas.
Un árbol que abriga del frió su propio espíritu.

Almas bailando al sonido del viento.
Almas que se desplazan y giran
hasta llegar al suelo.
Ocupando su sitio
en esa suave manta.

Duendes y hadas
sentados sobre los bancos de un parque.
Ocultando sus besos
detrás de un paraguas.
Haciéndose promesas de un amor eterno.
Haciendo sueños de un otoño.

Y yo, paseando en soledad
sintiendo esas pequeñas gotas de otoño
yendo al encuentro de mi árbol.
Un árbol grande con su manto preparado.
Allí me tumbo y me acurruco.
Entre esas almas, que no hace mucho tiempo estaban vivas
ofreciéndome sombra y cobijo

Aquí me duermo yo también.
Aquí me muero
Entre estas almas secas y muertas
Dejando que mi alma
también baile al sonido del viento.
Aquí me muero
A la espera del renacer
de las almas de mi árbol.


...Peregrina de las Estrellas...

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